La salud bucodental juega un papel muy importante en la salud general de los niños, en la que los principales problemas se relacionan generalmente con el seguimiento de hábitos de higiene incorrectos o insuficientes. “Hoy en día la ciencia nos afirma que la caries es una enfermedad 100% prevenible si se conocen los factores de riesgo que la ocasionan, sin embargo, continúa siendo la enfermedad crónica más frecuente en la infancia”, señalan desde Clínica Dental Villava.
La odontología convencional está enfocada en la curación de la caries, sin embargo, para erradicar el problema de raíz y evitar los tratamientos dentales invasivos y las malas experiencias de los pequeños en las consultas del dentista es preciso centrarse en los tratamientos preventivos. Si los dientes de leche salen alrededor de los 6 meses y lo más pronto que un niño acude al dentista es a los 4, el niño está tres años con dientes en la boca y sin ningún cuidado odontológico.
El cuidado de los primeros dientes es importante entre otros factores porque “existe una estrecha relación entre las caries en los dientes de leche y los dientes permanentes. Es decir, un niño con caries en los dientes de leche será probablemente un niño con caries en los permanentes, y posteriormente un adulto con múltiples tratamientos dentales.
“La odontología está cambiando y cada vez somos más los dentistas que creemos firmemente que más vale prevenir que curar, pero para lograr este objetivo debemos empezar muy temprano”, advierten desde Clínica Dental Villava, centro adscrito al programa PADI del Gobierno de Navarra donde se presta atención odontológica gratuita a niños de entre 6 y 15 años.
En este sentido, muchos padres se preguntan si deben dejar solos a sus hijos en su cuidado dental. Un niño de entre 3 y 9 años no posee la capacidad, coordinación motora y capacidad intelectual suficientes para adquirir por sí mismos los hábitos de higiene que le prevendrán de infecciones y molestas visitas al dentista.
4 periodos para educar
Los padres deben diferenciar cuatro fases a la hora de inculcar a sus hijos unos hábitos correctos de higiene bucal que les acompañarán a lo largo de sus vidas. El primer periodo corresponde a la erupción de los primeros dientes. En esta etapa la prevención se basa en el control de la alimentación, se recomienda limpiar los restos alimenticios con una gasa húmeda dando masajes suaves en los dientes y en las encías.
En el segundo periodo, cerca de los dos años es cuando erupcionan los molares y el cepillado comienza a tener significado en la prevención. No obstante, la alimentación sigue siendo importante y hay que evitar que esta sea muy rica en carbohidratos o almidones. El papel de los padres es de refuerzo del cepillado cuando ellos terminan, respetando su inquietud por querer hacerlo de forma autónoma.
El tercero se inicia hacia los 6 años, etapa donde más importante es el cuidado bucal porque coincide con la erupción de los dientes definitivos, en el que el refuerzo del cepillado es muy importante por lo menos por la noche, “donde el cepillado es imperativo”.
Y por último, a la edad de 13 años se inicia el cuarto periodo, en el que, si se ha realizado un esfuerzo anteriormente a lo largo de las tres primeras fases, el control paterno no es tan necesario. Esta etapa, que se prolonga para toda la vida, supone el establecimiento de hábitos de limpieza aproximadamente a esta edad aumenta de forma sensible la oportunidad de que el niños esté libre de caries.
Responder